Accesibilidad en el centro de Madrid
El viernes 16 de diciembre visitamos el centro de Madrid con el grupo de alumnos del título de accesibilidad universal de la universidad San Pablo CEU de Montepríncipe, encargados de estudiar la accesibilidad en arquitectura, una rama que se centra en el diseño de edificios accesibles para las personas con diversidad funcional. También revisan que los edificios ya construidos cumplan con la normativa actual de accesibilidad (revisan la anchura de las puertas, que haya ascensores y rampas en lugar de escaleras, etc.). Entre todos ellos, había una chica que nos contó que también había estudiado... ¡un máster en diseño de fachadas ecológicas! No sabíamos ni que existía esa posibilidad. Esa magnífica mezcla entre construcción, accesibilidad y sostenibilidad.
Fue un día divertido y una excursión inolvidable en la que los dos grupos aprendimos mucho y disfrutamos con nuestros compañeros, mientras observábamos y examinábamos algunas de las principales calles de nuestra ciudad.
Quedamos en la estación de metro "Banco de España" para subir andando por Gran vía hasta la conocida zona de Callao y, desde ahí, fuimos hasta la Plaza Mayor. Nuestra misión consistía en inspeccionar y analizar las calles para ver si tenían una buena accesibilidad para las personas con diversidad funcional.
Había construcciones, materiales u objetos cuyo diseño incorrecto podíamos intuir, pero, en muchas otras ocasiones, los alumnos de accesibilidad y su profesor (arquitecto especializado en accesibilidad), nos tuvieron que ayudar con la gran sensibilidad que les caracteriza. Nos dimos cuenta de que hay infinidad de cosas que para nosotros pasan totalmente desapercibidas (como el suelo podotáctil, las rejillas del suelo, paradas de autobús adaptadas...) que, a algunas personas, pueden facilitarle su vida, u otras que pueden causarles serios problemas (como una papelera mal colocada, el diseño alternativo de un banco o pequeños escalones en la entrada de los edificios).
Nunca nos habíamos parado a pensar lo difícil que debe ser pasear por la calle si eres una persona invidente, con movilidad reducida, o con cualquier otra condición que dificulte nuestro día a día.
Nos gustó cooperar con personas tan diferentes y, a la vez, tan iguales a nosotros. Pudimos conocernos mejor y ayudarnos mutuamente para conseguir el objetivo común.
Para nosotros fue una experiencia muy divertida en la que aprendimos y nos divertimos mucho.